Llevo varios días pensando en distintas cosas que molaban un montón y hubieran dado pa pajote si hubiera sabido aprovecharlos.
Llega el momento de sentarse delante del ordenador y me disipo, se me olvidan las ideas y no tengo más que la pantalla, el teclado, mis dedos intentando escribir algo y borrando casi sin permiso, sin haber procesado lo escrito y una cabeza casi hueca intentando ser llenada por apuntes de un montón de asignaturas que dudo algún día me sean útiles, y un montón de ganas de aprender, a vivir, a sentir, a saber...
Me gusta leer obscenidades, cosas directas, claras, sin tapujos. Me gusta ver la realidad y me gustan los autores borrachos y pobres. O no borrachos. O no pobres.
Me gusta leer a quien escriba sin disfrazarse con una máscara de hipocresía, sin magia ni fantasía que camufle la verdad. No quiero tener que estar rebuscando el significado de la oscuridad, ni de un vampiro que no es tan malo que se enamora.
Quiero que el malo sea una persona, porque todas las personas somos extraordinariamente malas.
Quiero que el malo sea un tío normal y corriente al que le joda tener que trabajar y que la chica sea la imperfecta perfección, que él sea consciente de que tiene tripa, es una pesada, orgullosa, o lo que sea la protagonista. Que él lo descubra y la ponga a parir, y se peleen, se tiren las cosas a la cabeza, se odien y que se quieran, o algo así.
Porque aunque voy de escéptica, claro que creo en el amor, joder! Cómo voy a mentir de esa manera sobre algo que he sentido, que he vivido, que he sufrido.
Eso es lo que me gusta leer. Que la gente es tan estúpida como yo.
Que hay genios borrachos, fumaos, locos.
Y no sé, que voy prefiriendo la malaeducación antes que la tontería y la hipocresía.
Que es verdad que no quiero que me odie nadie, pero lo prefiero, dios, peor sería que alguien se olvidara de mí, que no hiciera marca, que no importara.
Que me he enamorado de Escandar Algeet.
Que me aptece un peta y os lo cuento.
Que espero que todo bien, que todos bien.
Y que qué jodidamente increible es la vida, qué maravillosas coincidencias tiene.
Un día te encuentras recitándole una poesía encontrada en internet, perdida de la mano de dios, y de la tuya, al que no querías que fuera tu exnovio, que era tu exnovio, que, gracias a ella, entre otras cosas, dejó de ser tu exnovio, y meses después volvió a ser tu exnovio.
Y al cabo de los años (ojoaldatoquesonañosyesmuchotiempomadremía) te encuentras oyendo esa misma poesía recitada por su autor, despues de enamorarte de su obra brujuleando en internet, claro.
Co - razones. Gracias, Escandar, por ser así de genio, porque aunque no creo en nada, o todavía, me estrujaste el corazón y me hiciste llorar de felicidad porque las cosas se acaban con razones y seguimos latiendo mi corazón y yo, con razón.
<<No voy a dejarte en paz ni por todas las guerras del mundo>>
Escandar Algeet
