lunes, 9 de noviembre de 2015

Take me into your loving arms

Ese momento en el que te das cuenta de que los libros mienten cuando dicen que se para el tiempo. Me pasa lo contrario, se acelera el tiempo, tengo un cronófago a mi lado e intento plasmar en mi cabeza cada instante, cada sentimiento. 
Me pasa, que, a veces, querría ser Paper la de Las Embrujadas. Y parar todo lo que hay a mi alrededor, el tiempo, las personas, el mundo, la vida... menos a mi misma. Y descongelarte a ti. 

Ese momento en el que te das cuenta de que no echas nada de menos. Ni de más. Y te haces consciente de que, si solo pudieras hacer algo el resto de tu vida, sería eso, sería así, sería con él.
Yo todavía no estoy preparada para darlo todo por alguien. Y con todo me refiero a mi falso yo, al de mis padres. Pero si se me propusiera la opción de cambiar mis cosas, las materiales, mi ropa, mi dinero, o lo que sí me ha costado un esfuerzo, mis notas, mis matrículas de honor, mi currículum... si pudiera cambiarlo todo eso por borrar la concepción de mis padres... lo haría. Y podría pasar todo el tiempo que quisiera contigo, tirados, sin preocupaciones, o con preocupaciones, pero juntos. Y no sé. 

Me siento bien, y eso es lo más bonito. Gracias por darme tanto, siempre, a pesar de tanto y, sobre todo, tanto.

jueves, 17 de septiembre de 2015

top

¿cómo es que hay gente que no es feliz? Abrid los ojos, los brazos, el corazón... las piernas.
Felicidad es el jamón serrano.
Felicidad es bailar los silencios y pensar la música.
Felicidad es encontrar el bolso.
Felicidad es sonreír por la calle y que te respondan la sonrisa.
Felicidad es leer los libros que te da tu abuela y engancharse y comentarlos con ella y morir de amor.
Felicidad es pedirle a tus profes favs ser tus tutores del TFG y que te digan que sí en el mismo momento, sin pensarlo dos veces.
Felicidad será tatuarme la rayuela en la muñeca.
Felicidad... felicidad es compartirla con el mundo.

domingo, 13 de septiembre de 2015

ji

¿Qué es lo que me hace feliz?
¿Es acaso mi inseguridad una excusa? 
¿Soy feliz o podría llegar a serlo?
Me escondo, me hago pequeña.
Me crezco y voy de chula.
Algún día.

lunes, 24 de agosto de 2015

jkdj

Volvía de Mercadona y he tenido la necesidad de escribir. Una vez aquí no sé qué poner, cómo expresar lo que siento. O lo que no siento.
Soy demasiado indecisa. Y demasiado siempre es malo, es lo único que aprendí en la academia en Oxford.
¿Soy bipolar o soy idiota?
La felicidad es ese sentimiento que...
el amor es ese estado de ánimo que...
O al igual me he liado.
Como con todo, no hago más que liarme, liarlo, liarte.
Creo que he bebido demasiadas películas Disney, demasiadas comedias románticas y demasiado Bukowski, Cortázar, Sartre o Camus. Creo que no sé sentir.

Estoy aquí. Medio desnuda y semivestida. No me sé desnudar de sentimientos y no sé qué ponerme esta tarde.

Los niños son muy felices y me acuerdo del cuento de Rafa Pons.
"Dos niños juegan en la arena. El pequeño, de apenas un año y medio, disfruta echándose en la boca una palita de plástico y sonríe ensimismado mirando el mar. Mientras, su compañera, con tres años recién cumplidos, gira sobre sí misma gritando de alegría hasta caer rendida en el suelo muerta de risa.

Hoy tú y yo, desnudos en esta playa medio desierta, fumando y cabalgándonos bajo la luz de la luna, emulamos esa felicidad y casi, casi lo logramos.Qué putada crecer. Qué mierda que solo podamos ser plenamente felices cuando somos absolutamente libres."

Querría saber la historia de los señores que nombran cada calle. ¿Quién Alonso Martínez? ¿Por qué ahí? ¿Qué hizo exactamente Manuela Malasaña? ¿Y por qué, de pronto Bilbao o Menorca? ¿No hay suficiente gente importante que destacar? ¿Tendrá algún día una calle mi nombre?

Quiero que vuelva mi gran amor. TJ. Me apetece, de pronto, ver La banda del patio.

Soy obsesiva, borde, egoísta, orgullosa y soberbia.
Soy infantil y comilona. Como mucho, me encanta comer y si estoy nerviosa o tengo ansiedad como por diez.
Por diez gordos.
Soy miedica y cómoda, me cuesta vencerme.
Tengo amigos. Tengo muy buenos amigos. Amigos que no merezco porque no les cuido. Y eso está mal.
Doy gracias cada día, aunque esté de mal humor.
Sonrío bastante y me gusta mi sonrisa. Casi 10 años con ortodoncia deben notarse.
Quiero ser importante. No solo para la vida de ciertas personas.
Quiero marcar a la gente, quiero que dentro de 10 años algún compañero de la universidad con el que no haya salido demasiado sepa que estuvimos en la misma clase.
Creo que venimos a dejar huella, a que se nos recuerde, a ser felices y a hacer felices, a facilitar la vida del resto del mundo.
Y por eso también adoro recordar a las personas de mi colegio, o de mi comunidad, o de algún campamento. Gente que me haya aportado algo, no necesariamente intelectual ni, por supuesto, material. Cualquier momento me vale.
Además me gustaría ser importante profesionalmente hablando.
Pero eso ya es otro tema. Aun no sé lo que querré. Tan pronto quiero trabajar contra las empresas, ser una sindicalista de pies a cabeza, ser el apoyo de aquellos que lo pasan mal por culpa de una sociedad capitalista extrema, como quiero ser parte de esa empresa.
Vuelvo a querer ser esa persona de recursos humanos encargada del despido de personas que "ya no son útiles". Para según que puestos. Pienso que son momentos duros, que la gente necesita en quien apoyarse, alguien que no sea el sindicato, alguien que mejore las cosas desde dentro porque, aun con todo, las empresas están para reportar beneficios a la sociedad, no solo a su sociedad. Pienso que si yo estuviera dentro no habría niños tailandeses cosiendo para Nike. Porque no lo permitiría. Y pienso que el futuro desempleado sería más feliz si no le trataran como ganado.

A veces me gusta pensar.

Soy muy sensible, lloro mucho, me encanta llorar.
Pero lloro más con un buen libro, un cuadro, una escultura o una película que por mi propia vida.
Porque soy indecisa.
Y porque siempre tengo la esperanza de la mejoría. Pienso que, como Leibniz, vivimos en el mejor de los mundos posibles y eso es maravilloso.
La sorpresa de los niños, la cara de pasmo de Frodo Bolson, la alegría de unos padres con las carcajadas de su hijo, una bofetada, el pelo de Yoda o el chocolate. La música, los besos, las cosquillas y mi alfabetización. Todo eso se ha inventado para que seamos felices. Y, joder, conmigo siempre lo consiguen.

Soy demasiado fácil de convencer.
A ver si me tatúo ya.

Me voy, que llego tarde.

miércoles, 29 de julio de 2015

30/07/2015

Los policías y ese gesto chulo de poner las manos en el cinturón
Un señor escribiendo poesía o algo parecido apoyándose sobre un libro de Rulfo en el metro
Un "te quiero"
Ver Madrid desde el cielo
Acordarme de que el otro día me acordé de que quería escribir en el blog pero se me olvidó porque tenía demasiado que vivir.
Ver cómo la gente que menos tiene es la que más da:
                     señores en el metro pidiendo, señores heroinómanos (según yo) dando.

"Que la poesía pague los destrozos"
Que el mejor mago del mundo viva en los 504.645 km que tiene España, que es donde yo vivo.
Porque la magia existe.
Una hermana insoportable
Un recuerdo desagradable,
Tomar la palabra "felicidad" en vano.



Y ya está.

domingo, 21 de junio de 2015

19/06/2015

Ventanas tapiadas y casas vacías, supermercados para guiris, niños al último día de cole y madres preocupadas por lo que harán con ellos. Trabajadores y working class. Redescubrir hasta la plaza mayor. Perros. Wok to walk.  Medioambiente y pocos coches. Luego sigo.
Guiris mochileros de dudoso aseo, ancianas a misa, Callao pero mucho ruido. El señor mas guapo que visto en, por lo menos, todo el dia (son las 9:35). Era un mendigo y me acuerdo de Sabina y Serrat: "porque los locos no son tan tristes. Porque un buen polvo no es un trofeo.  Porque los buenos no son tan grises  ni los sabios tan serios, ni los pobres tan feos." Ni los pobres tan feos.
Fachadas blancas, otras sucias, un guía turístico y un grupo de atentos señores con ganas de saber sobre Madrid. Tres turistas europeas que malhablan inglés y necesitan algo de la farmacia. Una cola de personas inmensa, gigantesca, de verdad, esperando a coger el 20 minutos. Me gusta decir personas y no gente porque cada uno es un individuo y me es más fácil poner nombres y cara que si digo gente, que solo soy capaz de imaginar cuerpos sin identidad y en masa.
Una pareja de chico y chica como de 27 que va a trabajar y se dan besitos y ella no podía hablar porque él le había hecho chispa. ¿Ves, Edu, que hay más locos en el mundo? Pero nosotros somos nuestros.
Vodafone Sol y querer tirarlo, indignación máxima porque ¿por qué la publicidad? El señor lotero y un matrimonio viejito de italianos parlando molto alto. Vuelvo a mi libro, misión completada. Las administraciones públicas no se me resisten.

miércoles, 22 de abril de 2015

Y eso

Hoy me desperté feliz y luego dolorida así que se me enturbió el día. Luego fui a clase de inglés y me fui antes, qué suplicio. Luego no hice nada en toda la mañana, así que estuve feliz, y comí y me duché y salí de casa pronto, quería comprarme el libro que me voy a regalar mañana por Sant Jordi. Que nunca he celebrado Sant Jordi pero nunca es mal momento para regalar(se) un libro. O una rosa. O ambas cosas. Fui a clase, empecé contenta y luego fue caca porque se me hizo eterna, me moría, agonizaba, estaba en una muerte lenta y dolorosa causada por el aburrimiento y el hastío que la pobre mujer de Seguridad Social me produce, y eso que la admiro mucho, pero a veces es tediosa con ganas. Luego me estresé un poco, porque no he empezado a estudiar nada. Luego me alegré porque sé que puedo (soy realista jeje). Y luego me bajé a la cafetería porque tenía que repartir créditos de un ciclo de cine que ni siquiera he organizado. Los señores de la cafetería me echaron después de dar dos en 10 minutos. De reloj. Y a los dos mismos chicos de siempre, los que huelen a porro, la rubia y el otro chiquito, que son un par de empanaos de la vida, que les pides que firmen un "Rajoy te queremos" y lo firman. Y bueno, me he indignado un poco. Y luego me he comprado un montón de monedas de chocolate en un chino mientras esperaba al autobús. Y he reflexionado: ¿por qué son monedas de chocolate y no números o letras? ¿Por qué no nos enseñan a amar (porque al chocolate se le ama) la ciencia, el conocimiento, el saber, el aprendizaje? Nos lo inculcan como algo aburrido. Y lo asimilamos. Y nada, lo he escrito en mi Twitter. Y luego he escuchado a unas mujeres quejándose, hablando de un niño enfermito (hijo de una) y del contrato de trabajo de esa madre y de su jefe y de sus vacaciones.. y me hubiera encantado saber muchas cosas, mucho de derecho laboral, de derecho del trabajo, de contratos de trabajo, de seguridad social... y si supiera algo creo que las habría aconsejado. Digo creo porque luego soy muy tímida y me cuesta mucho, a veces, hasta hacer algo bueno. A veces dudo, siquiera, si se lo tomarían bien. La gente siempre está a la defensiva y ni acepta la ayuda. Es terrible. Me bajé del bus y fui en busca de un libro, a El Corte Inglés. Una señora muy maja me ha atendido y he sido un poco más feliz, se me fue la indignación, nos reimos mucho. Creo que fue medio minuto divertido. Seguro que a ella también se lo pareció. No tenían el maldito libro, di una vuelta y me fui. La calle del cole pero ni un profe. Un motorista tocó el claxon porque en esa calle siempre cruzan mal y eso que hay semáforo. La gente es poco civilizada. Luego bajé, me desvié porque quería ver mi rincón favorito de Madrid. Hacía mucho que no lo veía a estas horas, con la luz cayendo ya pero todavía el sol brillando. De camino me apetecieron desayunos, meriendas y cenas por 2 €. Y una hamburguesa que tenía muy buena pinta del VIPS, y una ensalada de Rodilla de una marquesina. Maldita publicidad. Luego no me apeteció nada porque pasé por una tienda de dietética y nutrición y cosas sanas y esas cosas. Y cuando pasas delante de una de esas con el bolsillo de la chupa lleno de monedas de chocolate y te cuesta meterte en los vaqueros te replanteas tu vida. Luego se me pasó porque vi mi rincón favorito de Madrid. Me emocioné. Estaba espectacular, de verdad. Luego un montón de gente muy feliz, paseando, con sus hijos, solos, en pareja, con sus perros. Y gente deportista, con la bici, con el chandal, con una pelota. Luego vi otra marquesina con una ensalada de Rodilla y me apeteció. Luego paré en el semáforo y la tienda de al lado era de deportivas y me des-apeteció la grasa escondida de la ensalada. Maldita publicidad. Entré en el Retiro previa sacada de foto. Gente feliz y sin nada que hacer, envidia absoluta. Gente tirada, gente paseando, gente con bebés, niños, muchos niños, muchas parejas, un señor en un banco, gente corriendo. Qué manía, qué moda mas tonta la de correr. Me sentí mal. Luego me llegó un mensaje. Y me puse feliz, ponía "te quiero". Nos acostumbramos muy fácilmente a lo bueno y eso no me gusta. Y eso. Ya me volvía a casa cuando se me escapó un"gilipollas" en bajito porque un señor conductor de coche arrancó cuando estaba cruzando, en verde, soy civilizada. Luego vi un coche rosa y me acordé de que no había empezado con el carnet de conducir. Y eso es mal. Y la calle estaba vacía. Me encanta cuando mi calle está recién asfaltada y sin un coche y puedes mirar hacia lo lejos y no hay ni un coche, y la ves limpia y negra y blanca y bueno, bonita. Luego subí en ascensor con una vecina sorda que me preguntaba si venía de la uni o de estar con el novio. No me oyó pero me dijo "qué pelo más mono" y me hizo un poco más feliz. Está sorda pero ciega no, tendría que ser muy malo el dios en el que creéis para darle dos maldiciones a la misma persona. Luego pensé que menos mal que yo no tenía nada malo. Que tengo que adelgazar y estudiar y que hoy estoy un poco de mal humor y que soy un poco borde y bueno, muchas cosas. Pero ando, malbailo, hablo, grito, canto, siento, toco, veo, oigo, escucho y paso. Y huelo. Y hoy olía todo muy bien. O el chocolate me llegaba hasta las glándulas olfativas que haya en la nariz. Pero me gustaba. Y he llegado a casa y todo bien. Y nada. Y todo. Que gracias. Que es una palabra muy bonita que o usamos poco o usamos mucho porque nos acostumbramos rápido a lo bueno. Estoy deseando acabar y ponerme a saltar a la comba en el parque.

jueves, 16 de abril de 2015

Carta de despedida



Queridos papá y mamá:


Tal y como me ordenó mamá a día 16 de abril de 2015, hago las maletas y me voy. Mi carácter es muy desagradable, soy muy terca y excesivamente soberbia y orgullosa. Lo sé y lo siento en el alma, no sé si os habréis dado cuenta, supongo que no, pero he ido puliéndolo poco a poco. Entiendo, por ello, lo desagradable que puedo llegar a ser a veces, sobre todo cuando me enfado, comprendo así que no me soportéis. Sin embargo, considero que, mamá especialmente, me falta al respeto de una manera desproporcionada, no creo que por el hecho de ser tu hija puedas hablarme así porque soy, primero, persona, como tú nos dices a nosotros. 

Soy reservada y cuento poco o nada en casa y lo siento si ese es otro rasgo de mi carácter que os molesta. También es verdad, desde luego estoy siendo subjetiva (creo que al final la vida se trata de sensaciones y percepciones, no tanto de hechos objetivos) que cuando he intentado abrirme la mayoría de las veces se me ha cortado. El otro día quise hablar contigo, mamá, de lo mal que me sentía en mi vida, de lo poco que me gustaba yo, a mí misma, en todas las facetas de mi vida. No hubo nunca tal conversación. No me dejaste acabar la frase cuando ya estábamos hablando de la cena.

Ayer discutimos porque tengo dos cuartos empantanados, y yo dije que creía que era un mal menor cuando se trataba de mis notas, tú, mamá, te pusiste muy borde y por ende yo también. Papá, como siempre, como espectador, observando la situación y solo diciéndome: “María cállate un poquito”.  Entiendo que estuvieras nerviosa, yo también lo estaba, tú más, tú eras la operada, ya lo sé. 

Después, claro, saqué un tema económico, ¡de qué mal gusto! Es un tema tabú (absurdamente, si me permitís el adverbio). El dinero es importante “los lirios del campo no siembran ni cosechan” pero papá se parte el alma con un infarto de miocardio, un ictus y esclerosis múltiple todos los días para darnos de comer. Entiendo que las becas son importantes. Y sí, las saqué. Si yo no estuviera aprobando todo no habría beca, por muy baja renta que tuviéramos. Eso no os saca de pobres pero entiendo que sí es una ayuda. Permitidme la vanidad pero no solo apruebo, sino que tengo un 8’5 de media en 3º de un doble grado. Reitero: es un doble grado, un poco birria pero voy a salir de aquí con dos carreras, no es nada meritorio pero sí creo que estoy haciendo un esfuerzo. Permitidme decir, porque no sabéis nada de mí, no sabéis como pienso ni lo que siento con respecto a vosotros, lo hago en gran parte por agradaros. Porque creo o siento que nada de lo que hago día a día ni de lo que he hecho a lo largo de mi vida ha sido lo suficientemente  bueno para vosotros. Con mis buenas notas me satisfago a mí e intento sentir que hago algo de vuestro agrado.

Es cierto, estabas recién operada y nerviosa y yo saqué un tema de mal gusto, porque somos pobres y os gastáis mucho dinero en nosotros, supongo. Un dinero que, más de una vez os he pedido a los dos, creo que deberíais también gastaros en vosotros como pareja porque se nota. 

Sin restarle valor a mi falta de sensibilidad a la hora de expresarme y de sacar un tema de mal gusto, sí exijo que se me respete a mí, aun en situaciones de enfado. Tengo 20 años, no tolero que me vuelvas  a dar ni una colleja, ni que seas capaz de no decirme ni hola, la palabra y el saludo son algo fundamental e imprescindible, son lo básico, lo que nos diferencia de los animales. ¿Somos animales entonces?

Entiendo económicamente que no me queráis dar más dinero, sois libres, vuestro es, yo solo os estoy empobreciendo más, soy vuestra responsabilidad legal, sí, aun con 20 años porque estoy estudiando y no tengo fuentes de ingresos, así que entiendo que la matrícula sí deberíais pagármela vosotros, no obstante y teniendo en cuenta que pocas veces he pedido más dinero del de mi paga mensual y me he ceñido bastante bien al presupuesto, comprendo, reiterando lo dicho, que no me queráis dar más paga. No hago nada para merecerla, todo correcto.

Después de exponerte hoy, mamá, con toda mi capacidad tranquilizadora, la situación a la que por supuesto no has hecho ni caso: tu versión es que tengo dos cuartos desordenados a mi disposición, que hablé de dinero y eso es una falta de respeto, y que toda la conversación tuvo un deje irrespetuoso continuo por mi parte (por la tuya no, “tu casa, tus normas”), te dije que no quería que me volvieras a faltar al respeto, sin saludarme ni dándome la colleja (collejón más bien), y mirándome con ese odio en los ojos con el que me sueles mirar al pelear. Tu respuesta fue contundente, “te voy a volver a dar otra, si no te gusta coges la maleta y te vas”.

Por todo lo dicho antes, porque soy persona y quiero ser tratada como tal, porque me gusta que me escuchen cuando hablo de mí y no solo cuando hablo de economía, universidad o política, porque no me siento valorada en casa y porque se me falta al respeto, te hago caso, mamá: cojo la maleta y me voy. Tú no quieres vivir desagradablemente habiendo, en tu casa, bajo tu techo (tus normas) dos habitaciones desordenadas. Yo no quiero vivir sintiendo que no sirvo para nada, que no se me valora y que no se me quiere. Porque es lo que siento en demasiadas ocasiones y creo que eso no se debe sentir nunca. Predicad de vuestra familia cristiana. 


Os quiero mucho, sois mis padres, os perdono. Espero que sepáis perdonarme vosotros a mí mi carácter y mi forma de ser, supongo que me queréis porque eso es lo que hacen los padres a los hijos. Sed felices, sin mí probablemente os sea más fácil.

                Madrid, 16/04/15


María Medina Gutiérrez

miércoles, 8 de abril de 2015

Que duela, joder, que duela mejor que no sentir nada

Papel en blanco. Otra vez. Mente en blanco. Ya no.
Mente en él, joder. Y ahora él, es otro "él". Maldita sea y maldita sea yo.
Sentirme poco, sentirme nada.
No tener el valor de aceptar mis fallos.
"Nada es tan urgente, nena, nada tan importante nada merece más la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente y la oportunidad de hacerlo diferente."

Que duela, joder que duela mejor que no sentir nada...

Me hace falta un porro y unas cervezas. O vinos. Oh, vino.

Ya no vuelo.

martes, 24 de marzo de 2015

:)

A ratos pensaba, de verdad, que no volvería a sentir nunca más como lo había hecho. Luego, soy una mujer bastante lógica, esa idea se me iba de la cabeza, con 19 años... iba a tener más oportunidades de querer, era absurdo, igual no tanto, no tan bien, no sentirme tan querida... pero algo sí iba a conseguir. 

Pasó el invierno, la primavera, el verano y el siguiente otoño. Iba a ser mi año, estaba siendo mi año y había sido mi año. Ligaba más que cuando estaba más guapa y delgada, había engordado 10 kg pero no parecía importar, no estaba casada y debe ser que eso se nota, lo olerán o algo.

Y llegó él. Ahora. Y ha conseguido hacerme decir cosas sin pensar y sin querer. Y me siento bien, me siento mejor, siento más. Siento que me quiere y no me está haciendo un favor por ello, que me lo merezco, o que no importa lo que cada uno "merezca", que eso da igual, que estamos bien, nos reimos, salimos, entramos, sale y entra. Y no es necesario más que esta extraña aventura, esta diversión, esta mezcla entre pasión y paz, amor y tranquilidad. Esta mezcla entre lo salvaje y la rutina, la novedad, y algo que se supone que ya debería conocer. El caso es que cuando me mira siento que me quiere, siento que está bien, que estamos bien. Y aunque yo sea insegura, solo me sale con la regla porque me transmite bien. Gracias. Y que siga siendo lo que deba seguir siendo.

martes, 17 de febrero de 2015

tengo miedo

Joder, lo siento.
Siento ser tan estúpida, tan rallada, tan tonta, tan pesada.
Siento quererte y decírtelo.
Siento que eso pueda conllevar algún sentimiento.
Siento que me gustas, y lo siento.

Siento no ser perfecta y pensar lo que no debo.
Siento que este día tiene que acabar.
Que mañana no quiero te quiero ver, no quiero comer contigo.
Siento que necesito espacio.
Space.
Space monkey.

Sentía que eras tú, y ahora, todo va rápido, y yo no sé si puedo, y me da miedo no poder. Porque querer no es poder. Y poder... el poder no se puede forzar. Ni el querer, pero quererte te quiero.

Me da miedo que lo dudes.
Siento compararte, de verdad, lo siento. Siento que no valgo para esto, joder.

jueves, 15 de enero de 2015

¿Y cómo soy?



Que ya recuerdo lo que era ponerse nerviosa, respirar y esperar.
Y mandar guasaps sin sentido,
consentido.
Que echaba de menos hacerme la dura
ir con pies de plomo pisando en arenas movedizas
mientras yo me derrito,
mientras yo me mojo.
Pero sin mojarme demasiado.

Que ya recuerdo lo que era “hablar de ti porque si hablo de mí se enamoran”.
Que igual un clavo sí saca a otro previo-
Aunque sé que no hay nada más que lo que hay.
Es menester.
 Sonreír ante una pantalla
que es verdad y estoy con la regla, pero si no escribo cuando estoy ñoña no lo haré nunca más.

Ya no me identifico con cosas super tristes y deprimentes
ya no es invierno
estoy en una primavera a caballo entre el calor y el frio,
cabalgando con quien lo ha conseguido.

Espero guasap.
Me esperaba y ya me tengo
Otra vez, vivita y coleando.
Vivita y zorreando.
Y sintiendo. 
Y sintiendo algo más que nada.
Sintiendo revolución.
Sintiendo emoción.
 La vida ya me emocionaba pero ahora me emociona también la humanidad.
Me emociono yo.
Porque además he crecido.

No pienso que sea perfecto,
no le conozco para emitir un juicio de valor sobre él,
ni soy quien, siquiera, para hacerlo.
pero sé que, sea lo que sea,
me folle como me folle
me ha salvado la vida,
el cuello
la suerte
la fe.

Cree en la democracia
Es activo política y sexualmente
¡Cree en la democracia!
Y yo no.
Es un cursi.
Haga lo que haga será lo correcto.
Sea como sea me ha hecho ya
bien.

No creo en el amor eterno
si la eternidad tiende a infinito
sí, si la eternidad es un número definido
pero sin definir.
Indefinido.
En definitiva
que no hay que ponerle límite
pero tampoco esperar que vaya con Buzz Lightyear.

Solo era eso
Solo era yo, otra vez.
Que me encantaría escribir
Y llenar un folio de metáforas
Y alegorías
Y alegría.
Y decir que “el frío se ha hecho ciudad”
como dice Escandar.
O que fuese a mí a la que le salieran versos como los de Carlos Salem
y decirle a alguien lo de que
"Duermes como la vida
cuando la vida está satisfecha"
me encantaría saber escribir bonito
dejar mi pragmatismo
ser más pasional,
más salvaje
más yo cuando yo era contigo y tú eras ése.
Era bonico.
Pero yo ahora soy libre.
Y más feliz
Y perfecta
Ahora no necesito que nadie me diga que soy perfecta
y me cante lo que le suplicaba que me cantase con la voz del idiota de Luis Ramiro.
Y yo qué sé. Que me acepto
Que me quiero como soy
¿y cómo soy?