jueves, 31 de julio de 2014

¡Ay, mamá!

Ya está.
La despedida definitiva. 
El regalo más grande.
Está decidido, no hay más.
Ya no hay vuelta de hoja. Ni derecho, ni complutense.
Ya no hay envés en ninguna hoja.
Ya no hay una cosa enterrada en un parque, jardín particular, bajo un árbol. 
Ya no está esa cápsula del tiempo.
Sí está, en cambio, un banco del mismo parque, garabateado dos veces. Firmado dos veces, a prueba de vándalos. Un banco con típex, con dos iniciales, con dos nombres, con dos personas, en definitiva, latiendo, desbocadas, nerviosas, amantes, inseparables, ingenuos.
Dos ya separados, latiendo aún, quizá, el uno por el otro. Ya no amantes, a lo peor todavía algo ingenuos.
Un tuit,  entonces, una fotografía bastan.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si huieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Una nota de audio perdida, de un guasap perdido, de un número perdido.
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Un peluche, nunca olvidado en una cama nunca compartida. Un peluche con una grabación escondida.
Una caja llena de recuerdos, recién ordenados, recién limpiados, todavía no empolvados.
Una memoria llena de recuerdos, todavía desordenados, todavía ininteligibles, todavía en ti pero sin ti.
Una memoria de móvil ya vacía, volcada en la de un portátil bien tratado, contigo.
Una cámara de fotos solicitada expresamente por ti, para ti, por y para nosotros.
Ay, yo que sé.
Muchas cosas tuyas.
Mil terrazas, mil plazas, mil rincones, mil calles, mil parques, mil buses, mil metros. Mil sustos, mil broncas, mil gritos, mil besos. Miles de millones de recuerdos, de cosas, de chorradas, de tonterías, de palabras, de complicidades, de apretones de manos, de semáforos con y sin beso. Miles de búsquedas de ojos, miles de planes, de pelis por ver, de cosas que comer.
30 crispy chicken.
Un recorrido turístico por todos los VIPS de la ciudad.
Un Fosters Holliwood insolvente.
Una tarjeta de crédito vacía.
Una soledad que, solo tú, tú, podrías llenar.
Un sueño escalofriante, una pesadilla.
Un adiós que, para mí, como siempre, sí maquillaba un hasta luego.
Una dureza de corazón irreal y falsa.
Una sociedad de mi apariencia, queriendome mostrar fuerte, valiente, indolora, insonora, incolora e insípida.
Una canción que todavía no puedo canturrear si la pienso pero sí si la grito.
Dos años atrás, justo dos años atrás, en el Bernabéu. Tú yendo de guay. Yo encandilada, mirándote, embobada, estúpida María que no eres así, viendo como mirabas todo, como, todo lo que te rodeaba te gustaba.
Una Inca Cola, por favor.
Unas rancheras y unos boleros cantados a las 3 de la mañana.
Una azotea, antes más bonita, más completa, con más estrellas y con mejores vistas, y con Madrid de fondo también, que es precioso.
Un timo de sangría.
Un tinto de verano.
Una hoja de reclamaciones, por favor.
Unos SanJuanes precipitados.
Unas fiestas inexistentes.
Una angustia.
Una felicidad. Una felicidad. Una felicidad.
Una felicidad en su estado más puro, más palpable, más amoroso.
Reitero mi escepticismo en el amor correspondido y no idealizado.
Reitero mi escepticismo como algo eterno.
Pero chillo, vocifero, susurro y murmuro.
Por más que yo me desgaíñito, pateo, lloro y grito, él ya no viene, escarmentado, y el lobo me devora la manada.
Fábulas, cuentos, chistes, historias, tonterías.
Derecho nunca será más que un doble grado. Pero yo no podría hacerlo.
Historia siempre es tuya.
Confuncio, Hitler, Mein Kampf.
Mi lucha.
Lecturas extrañas e inconclusas. Siempre tuyas.
Chonitemones, guachupinadas, perreo, salseo, merengueo, bachateo, incluso vals. Siempre tuyos.
Todo lo que sea de moverse, siempre tuyo.
Fútbol 11. Fútbol 7.
Colombia. Taj Mahal.
Moncloa. 100 Montaditos.
Nunca sureña. Nunca emborracharnos. Nunca comer por las calles.
Un perrito caliente en sol.
Montera. Rodilla.
Nunca mis amigos.
Nunca los tuyos.
Nunca tu familia.
Nunca confianza.
Y siempre tú.
Y siempre perfecto.
Y siempre embobada.
Y siempre viéndonos.
Y estoy deseando acabar el año del gimnasio porque no lo soporto. Porque me gusta hacer ejercicio pero no tanto.
Porque quiero verte, porque no.
Porque las niñás bonitas no pagan dinero, y yo no soy bonita ni lo quiero ser. Porque nunca barquitas de El Rettiro.
Porque sí un ultra tour europeo por Torrejón de Ardoz.
Porque sí hablábamos de muchas cosas, de muchos sitios.
Porque en verdad, al final todo se reducía a sentimientos.
Ya no sé que contarte, que no te haya contado ya
ya no sé que besarte, que no te haya besado ya.
Porque esto es solo una aproximación.
Porque yo pienso en aquella tarde cuando me arrepentí de todo, daría todo lo daría por estar contigo y no sentirme solo.
Porque, por tan poca cosa...
Porque valió la pena, lo que era nesesario* para estar contigo amor, tu eres una bendición, las horas y la vida a tu lado, nena, están para vivirlas pero a tu manera, ENHORABUENA.



<<Cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor.>>  J. Manrique.

miércoles, 30 de julio de 2014

Dime a quién vas a besar hasta que lo entienda

"Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". 
Y yo no aprendo.
Ni tú lo entiendes.
Si, es que, nunca nos comprendimos.
"Y cada vez más tú, y cada vez más yo sin rastro de nosotros."
Después de 6 meses, de vez en cuando tengo, todavía una cosica en el estómago. Y otra en los ojos, como que me sudan, porque sudan, no lloran, ya lo sabes.
Es estúpido que, de vez en cuando, te busque cuando ando (que no camino) de noche.
Es completamente idiota que ayer al subir a la azotea te buscara con la mirada.
Y, claro, cómo no sentirme Pablito Neruda, cómo no engrandecerme si yo, una nada en Madrid, siento lo mismo que ha sentido un tío tan genial en Chile. "Como para acercarla mi mirada la busca / mi corazón la busca, y ella no está conmigo."
Está tan acertado en el Poema 20, que me da hasta miedo. Hasta me cabrea. Hasta me enfuerece que alguien haya sentido lo mismo que yo tanto tiempo atrás y lo haya sabido expresar tan bien. Hasta me pone nerviosa, ¿no serías de verdad tú Pabli?
¿Sentirás tú también? ¿Pensarás en mí de vez en cuando? Obvio si, ¿no?
"Tú que tanto has besado, tú que me has enseñado".
Yo he aprendido. He pensado. Tengo una mentalidad más madura, más cínica y más escéptica ante el amor. No existe, son los padres. 
No existe amor eterno, no, al menos, si es correspondido. Existe el amor idealizado como existen las mentiras. No existe, en cambio un amor de ese que nos prometíamos. Y yo, para vivir entre apariencias, entre promesas incumplibles, entre ojos desilusionados, labios ya no ansiosos de besos y manos no necesitadas de encontrarse y entrelazarse, prefiero vivir sin amor. 
Al menos en la certeza de que todo lo que me rodee es cierto, de que nadie está a mi lado por ningún tipo de compromiso, ningún contrato impreso en papel, firmado y sellado, oculto en un bolsillo, ya vacío, de ninguna cartera, ya desconocida, ya robada.
Con la certeza de que si alguien está a mi lado es por mí, no por el cariño, no por los recuerdos vividos, sino por la ilusión de vivir más juntos, porque es lo que quiere hacer. 
Con la certeza de que si alguien está a mi lado es por la combinación explosiva que hacemos, porque yo soy como.. qué se yo, ¡como el papel albal! Que sirvo para conservar bien el chocolate, pero junto a el agua fuerte, por ejemplo, exploto.
Con la certeza de que quién está conmigo no lo está por el pasado, ni por egoísmo, ni por costumbre, ni por miedo a la soledad, sino por ganas de mi, en cualquiera de mis estúpidas y quizá pobres e insoportables formas.

Va, venga, ahora en serio, no será el último dolor que me causes, supongo, pero:


<<estos sean los últimos versos que yo le escribo.>> Pablo Neruda

lunes, 28 de julio de 2014

Buscaré a la Maga en otro café

Me gusta soñar que cambiaré el mundo. Me gusta fantasear con que algún día seré importante, tendré en mi poder la toma de decisiones trrascendentales para muchas personas, no solo para quien me quiera, sino a lo grande. Invertir o no. Hacer un ERE o no. Tratar bien o mal al trabajador. Subir el salario mínimo interprofesional o no. Defender o no al pueblo. Y siempre defenderlo.

Me gusta imaginarme en El Club, con Etienne, Horacio, Ronald, Gregorovius o la Maga. Me gusta tirarme en ningún sitio y filosofar, pensar, discutir cuáles serían las medidas que deberían tomar, qué, sin tener ni idea de nada, es lo objetivamente erróneo. Cuál es la ideología correcta, qué es lo que se debe hacer, cómo se deben repartir los recursos, o, más bien, cómo no se deben repartir.

Algún día.

<<Siempre supo que era un héroe. No al uso de los cómics o de las películas, pero sí un hombre valiente que en su fuero interno sospecha que alguna vez deberá actuar como sólo unos pocos elegidos tienen el valor de hacer>> - Rafa Pons

Y es que ya no quiero echar cemento a mis errores sino al miedo

Si hay algo de lo que no estoy orgullosa es de ciertas decisiones que se toman en determinados momentos.
Si hay algo que, por suerte o por desgracia es inevitable, es la libertad intrínseca que todos tenemos.

A mí me encantaría que unas cuantas personas hicieran lo que yo le dicjera porque, objetivamente, es lo mejor que pueden hacer. Olvidarse, pasar, no hablar, hablar, olvidar, insistir, quedar, querer u odiar.

Y me encantaría cogerles uno a uno y decirles: "tú, no seas idiota, por una tía no puedes dejar de lado a tus amigos", o "tú, pasa página, deja de hablar con tu ex que solo te consume" o qué sé yo, a cada uno le diría una cosa, cada uno haciendo lo objetivamente correcto, lo bueno.

Pero, claro, ¿dónde estaría la gracia de todo esto? La vida sería como un eterno vaso de leche; la vida sería como un biberón calentito y a la cama. Y en verdad es más bien como una sangría: puedes pasarte de rosca, puedes coger el puntillo y/o puede no subirsete nada.

Claro, también depende de con quién te juntes, de la emoción que quieras darle y del momento que atravieses, porque, como somos libres, los demás hacen cosas que repercuten en nosotros. 

Podemos encontrarnos en momentos tan graciosos de nuestras vidas en que no seamos capaces de abrir los ojos y mirar lo nuevo, en que no seamos capaces de cerrar un libro que estuvo genial leerse, en que no seamos capaces de no estancarnos. Es una especie de metamorfosis kafkiana. Es tener el coraje de cerrarlo y empezar otro, sí, una vez asimilado el anterior, no se vayan a entremezclar historias, pero terminar por cerrarlo. Y solo una vez cerrado del todo, una vez saboreado, degustado y digerido, una vez empezado otro libro que nos entusiasme de la misma manera, podríamos ser capaces de releer ciertas páginas del anterior sin sentir esa nostalgia, tristeza y necesidad del primero de todos.

Y sí, es verdad que dejaré de pensar en Rayuela, se me irán borrando frases suyas, iré dejando de encontrar la similitud de la Maga con cualquiera y de Horacio con cualquiera y mía con cualquiera de los dos. Y dejaré de pensar "en cualquier hotel, en cualquier almohada", y dejaré de definirme "domadora de polillas, titiritera de sombras", aunque siempre lo seré. Siempre, ese libro, será mi libro. Rayuela siempre será top. Pero ya lo he terminado, lo he cerrado. Aun estoy acabando de digerirlo, cierto, pero ya saboreo otras cosas, ya abro los ojos, he leído otros libros, son todos una basura comparado con EL libro, pero he sido capaz de coger otra portada, otro volumen, otra historia.

Ahora estoy con Cien años de soledad. No es Rayuela. Ni Gabo es Cortázar. No es EL libro.  No es el que siempre será para mí, pero, oye, no está mal. Me entretiene.

Tener amigos, abrir los ojos. Tener familia. No creerse única e inimitable. No pensarse tan excepcional. No imaginar que mis sentimientos son únicos, ni siquiera, en mi autenticidad, naturalidad y genuinidad, la expresión de mis sentimientos, la demostración de que los tengo, es única e inigualable. Somos tantos en el mundo que tiene que haber alguien tan jodidamente raro como yo."Es más, uno no, tiene que haber, por lo menos seis hechos para mí".


<<Una palabra olvidada en la punta de una lengua olvidada.>> D. Doenkinos.

jueves, 24 de julio de 2014

¡Por favor, que alguien lo pare!

Que alguien le diga al mundo que deje de darse pena a sí mismo. Que nada es tan terrible. Que unos se mueren de hambre, cierto, pero otros alcanzan el nirvana. Unos están tristes con un iPad en la piscina de su terraza en un ático de un edificio de 15 pisos y otros somos felices quitando espinillas. Unos, preocupados por el postureo más absoluto, se olvidan de vivir, de comer, a otros nos da igual quedar de guaises. Unos conducen sus cochazos por barrios mega pijos y otros somos felices con una botella de Nestea fresquita y una barra de pan.

"Tenemos miradas que nos incitan a amar, tenemos chistes malos que contar".

Ayer conté por primera vez en casi dos años el chiste más toppp de todos los tiempos, solo me sé dos, el del pan que habla y ese. Se lo conté a mis nuevos amigos de la uni (que, sí, si siguiera contigo no hubiera conocido), y no se rieron, no como tú. Tú te reiste mucho, ¿por qué fue? ¿Por no hacerme el feo? Ahora que lo pienso, estábamos en el parque de Fuente del Berro, en la zona de abajo, subiendo, y nos paramos en un árbol cuyas ramas crecían desde muy abajo, porque yo me tenía que agachar (y yo nunca necesito agacharme). Pues eso, estábamos ahí, parados, hablando de chistes y te lo conté. Y tú te reiste. Y tu risa no fue la típica risa tuya de que algo te hiciera gracia. En su momento no me había dado cuenta, no me había percatado, no te conocía lo suficiente, tal vez ahora tampoco. Pero esa risa no era la risa tuya de carcajadas, de reirte conmigo, aunque, en verdad, tampoco reíamos tanto a carcajadas. O sí, ya no me acuerdo mucho de tu risa. 
Ahora me río muchísimo a carcajadas, con mucha gente, con personas muy distintas me río a carcajadas, en muchos sitios, de muchos sitios, que no hubiera conocido, seguro, si siguiese contigo. Me río a carcajadas, me gusta reírme a carcajadas, me encanta la palabra "carcajada", es mi palabra favorita. 

Estos chicos a los que se lo conté no se rieron, sonrieron, me dijeron que qué malo era y ya está. No era necesario quedar bien, ni se me hace feliz riéndose nadie por un  mal-chiste. Si eso hiciste con un chiste, me pregunto cuánto harías por mí, por hacerme feliz, tan estúpida e infructuosamente.

Que alguien le diga al mundo que deje de darse pena a sí mismo. 
Y decidle que esto no es jumanji, aquí no hay que escapar de animales salvajes corriendo por la casa, con un subidón de adrenalina bestial. Esto es quizá peor. Aquí hay que correr por entre los rincones de nuestra alma, de nuestro corazón y, más importante, de nuestro cerebro, intentando escapar de recuerdos, de personas, de nosotros mísmos y nuestra incapacidad de querernos lo suficiente.

Hay que enfriar el corazón, pararse, pensar con los pies en el suelo y con la cabeza a la altura de las cabezas, respirar y dejarse de tonterías, porque nada es tan grave, ni tan penoso, y no hay mal que por bien no venga, y ya está, tío. No hay más. Solo tirar palante, solo no pensar, mantenerse ocupado, no darse tanta pena a uno mismo, que es lo que te acaba consumiendo, y verle las cosas buenas al resto de vida que hay a nuestro alrededor. Aunque a veces parezca que no hay vida más allá de esta muerte, sí la hay. Y esta muerte no es una muerte, esta muerte solo es un renacimiento, tipo fénix o algo así. Esta muerte solo es para aprender, para quedarnos con lo bueno, para conocer más gente, para ser más maduros, más mayores, más adultos, más felices.

Porque no estamos solos. Qué paradoja. Precisamente porque no hemos estado solos estamos así, y, precisamente porque estamos quasi solos estamos así. Pero es que somos sumamente egoístas, ¡joder! Por qué piensas tanto en ti, por qué lloras tanto tú, pesao, si a tu lado está durmiendo una familia entera en la calle. Si al señor que está a tu lado le acaban de despedir, si a la que está tu lado se le acaba de morir el padre. 

Nada es nunca para tanto.

#MaríaTop  #MaríaConCoraje #MaríaChistosa #MaríaGrasiosa #MaríaSuperando #MaríaOlé #MaríaPasoAPasoGolpeAGolpeVersoAVerso


<<Empezaron a vivir en un mundo construido por las alternativas inciertas de los naipes.>>
Cien años de soledad- Gabriel García Márquez.

lunes, 21 de julio de 2014

Prefiero esos que no se quieren conformar con un amor prudente, con querer a medio gas.


El pan recién hecho.
El sonido de las persianas del edificio abriéndose por la mañana temprano.
El piar de los pajaros temprano.
El rumor que hacen las sábanas nuevas en una cama recién hecha.
El olor a verano.
El olor a césped regado.
El olor a arena empapada por la lluvia.
El estruendo que hacen las gotas de una tormenta de verano.
La sensación en la piel cuando sabes que te estás quemando en la playa bajo el sol abrasador.
El sonido de las olas del mar al romperse en la orilla.
El sonido de las olas del mar cuando hay tormenta.
Las carcajadas de los niños correteando por El Retiro.
El estanque de El Retiro cuando llueve.
El estanque de El Retiro cuando hace sol.
El estanque de El Retiro cuando hace frío.
El estanque de El Retiro cuando está nublado.
El estanque de El Retiro por la mañana.
El estanque de El Retiro  por la tarde.
El estanque de El Retiro por la noche.
El olor de mi comida favorita cuando llego del gimansio.
La necesidad de olerme la muñeca si tengo puesta mi colonia favorita.
El olor a pintura fresca.
El olor a libro nuevo.
El olor a los caramelos esos de violeta.
El olor a polvos de talco.
La sensación de angustia cuando una ola te tira y te revuelca.
La incomodidad que se siente cuando tienes el bikini lleno de arena.
Lo tonta que es la gente cuando llueve y no saben usar los paraguas.
No usar paraguas.
El gustito ese al ponerte el pijama que has dejado en la calefacción después de ducharte por la noche.
El ultra plus plus de sensibilidad en tus piernas recién depiladas (suavísimas) al ponerte el pantalón de pijama largo.
Las cosquillas de mi mamá.
Llegar a casa cuando todos están durmiendo, y ser sigilosa y pasota a partes iguales.
Los nervios incontrolables de antes de hacer un examen que sabes que vas a bordar.
Tumbarse en el césped.
Comer por la calle.
Ser pobre.
Ser rico.
Hacer el idiota por la calle.
El silencio encantador cuando estás con alguien con la suficiente confianza como para que no sea incómodo, y, simplemente estás pensando.
Pensar.
Tumbarse en la cama y quedarse dormida.
Tumbarse en la cama y hablar durante horas por guasap.
Hablar con gente por guasap.
Tener gente con quien hablar por guasap cuando, hace 7 meses solo hablabas con una persona.
Diseñar planes excelentes que, quizá nunca se lleven a cabo.
Tenerle miedo a la soledad.
No tenerle miedo a la soledad.
Descubrir gente que piensa como tú, que busca lo que tú.
Llorar de la risa.
Ir de bohemia.
Ir al rastro.
Ir a museos.
Comer mucho mucho.
El chocolate.
El helado.
El jamón serrano.
El vinagre.
Probar algo nuevo con miedo a que no te guste y descubrir que es de las cosas más ricas que has comido.
Los abrazos esos, que no te dejan respirar.
No tener la necesidad de abrazar a nadie.
Que te conozcan.
Que no te conozcan.
El anonimato.
Las payasadas.
Las fotos estúpidas, poniendo caras estúpidas vía guasap aun teniendo snapchat, porque es más gracioso conservar la foto.
Dormir en pijama de verano, despertarme y ponerme la bata amorosa.
Lo graciosa que soy.
Lo mal que me sienta meter las manos en los bolsillos de un abrigo y no encontrar dinero, sino clínex.
Descubrir cosas que guardaba de tiempos mejores, de tiempo escolar.


Ay, ¡madre mía! Se me va de las manos.
Hay demasiadas cosas que me encantan, demasiadas.

<<Llegaron a sospechar que el amor podía ser un sentimiento más reposado y profundo que la felicidad desaforada pero momentánea de sus noches secretas.>>
Cien años de soledad - Gabriel García Márquez.

viernes, 18 de julio de 2014

No les perdono bajo ningún pretexto que no sepan volar

Smoke weed.
Be happy. Don't worry.
Fly.
Jazz cigarettes.
Si eres feliz no tienes inspiración, y así pasa.

Todas las obras de arte, las buenas, las que de verdad valen la pena, son deprimentes: de Neruda a Marwan pasando, obviamente, por Cortázar, Benedetti y mil más. De Chopin a Rafa Pons, pasando por Los Rolling, Los Beatles, Sabina, Serrat y los Flores. De Dalí a Tapies, Sorolla o Frida Kahlo. Rodin, Shah Jahan, Woody Allen o W. Dinsey (?).

20 poemas de amor y una canción desesperada, La triste historia de tu cuerpo sobre el mío, Rayuela. Tristesse, Supongo. Muchacha en la ventana. El beso. El Taj Mahal. Annie Hall. Lo que el viento se llevó

Estamos rodeados de tristeza. Nadando en una especie de valle de lágrimas. Flotando entre la mierda ajena. Recreándonos, amenizando nuestras vidas gracias al sufrimiento de otros. 
Cuánto no debió sufrir Pablito Neruda para escribir como para acercarla mi mirada la busca /mi corazón la busca y ella no está conmigo. / La misma noche que hace blanquear los mismos árboles /nosotros los de entonces ya no somos los mismos.

Vamos a museos, a conciertos, al cine, y lo que nos emociona salió antes de los sentimientos de alguien que no éramos nosotros. Escuchamos una canción, leemos un libro, y nos sentimos identificados, nosotros, los que nos creíamos únicos, los más pobrecitos de este mundo, "¿cómo alguien va a haber pasado lo mismo que yo? Pero si me ha dejado! Pero si yo le quería, le quería de verdad." Y de pronto, nos encontramos con que un tal Dani Flaco sintió lo mismo hace 2 años. O que un tal Julio Cortázar también andaba sin buscar sabiendo que iba a encontrar al amor de su vida, que, por idiota, perdió, pero que sí, todos lo sabemos, era el amor de su vida. 
De pronto nos damos de bruces con la realidad. Y es que no somos únicos e irrepetibles, o al menos no lo son nuestros sentimientos simplificados (hallando el mínimo común múltiplo como si fuera una fracción o como narices se simplifiquen sentimientos), mucha gente los ha sentido antes.

No sé qué clase de justicia existe en el mundo cuando no consolar bien a un conocido está mal, pero salimos impunes cuando nuestras actividades de ocio giran entorno a obras obtenidas a base de muchas lágrimas, porque las musas de los genios deben ser un poco cabronas y van a ellos en su máximo esplendor cuando el amor de sus vidas se acaba de escapar de entre sus manos, cuando alguien se muere o, en definitiva, cuando están sumamente tristes..


<<De otro, será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo>>


P. Neruda


jueves, 17 de julio de 2014

Preocupada por si llama el amor y yo le pongo una excusa

Estaba casi acabando una entrada. En plan Diario de Noah, de Bridgett Jones, o tonterías de esas. 
Estaba casi acabando un post, siempre escribo sin pensar, lo que me va saliendo, en el que hablaba de, supongo (que esta canción no suena a primavera, que más que componerla descompongoo pedazos de verdad - Rafa Pons) del hombre de mi vida jejeje.

Pero NO. Ea, no.

Gracias a Frozen, única película reciente de Disney que he visto (influida por mis amigas), he de confesar que he aprendido o me he dado cuenta de que el amor de mi vida no es un hombre, no es un tío con el que irme a tomar un chupito mierdero a un bareto de inauguración de sol hace un año, ni es un tío al que decirle "aaay me he peleado con mi hermana", ni es un tío con el que ir de la mano por la calle pararme en un semáforo y darle un beso, porque sí, sin motivo, solo porque me sale. Y sí, aunque con ese tío (obviamente sólo estaba pensando en uno) hacía todo eso, aunque con él me salía ser cariñosa, porque sí, sin esforzarme, aunque él era mi ideal, él no es el amor de mi vida.

El amor de mi vida soy yo. 

Y el amor de mi vida es mi madre que ¡joder! qué pesada se pone cuando me ve lloriqueando, o vagueando, o haciendo lo que no debería hacer y dios es que me saca de quicio.

Y el amor de mi vida es mi papá, que es el mejor de todos los papases del mundo, la verdad. Porque me pregunta y me estresa que me pregunte y me enfado cuando me pregunta y le respondo mal, y él se disculpa, sin tener que disculparse, y me da un beso, sin tener que darme un beso porque a mí no me saldría darle un beso a alguien que se ha enfadado conmigo sin un puto motivo.

Y el amor de mi vida es mi hermana. Jolin. Ella. Ella es perfecta. Perfecta. Siempre me he querido parecer a ella. Que yo quería el pelo rizado no porque me guste más el pelo rizado sino porque mi hermana tiene el pelo rizado. Es mi ejemplo de vida y de todo. Madre mía a veces me estresa tantísimo... de lo perfecta que es, de lo bien que lo hace todo, de lo obediente, de lo aplicada, estudiosa, inteligente, lista, elocuente y divertida. A veces me enfada que sea tan perfecta porque me pone en mi realidad y me hace ver que yo, tan borde, orgullosa, soberbia, nunca podría ser igual que ella. Que le respondo mal y se enfada y se le pasa. Y le mando un guasap a una hora extraña y me lo contesta, y se viene antes de la Paz y se ríe de mí porque lloro porque está gordo y/o se va a Japón. Porque yo de mayor quiero ser como ella.

Y el amor de mi vida es mi hermano. Mi hermanito que me saca casi una cabeza al que yo acunaba. Mi hermano con el que yo jugaba cuando mi hermana era demasiado mayor o cuando quería mandar. Mi hermanito pequeñito que me enseña cada día que siempre hay alguien mejor y peor que una misma. Porque yo pensaba que yo respondía mal a mis padres, pero lo suyo es increíble algunas veces. Y porque no conozco tío más callado. Pero tampoco conozco más buen niño, que nos quiera más, que nos defienda por encima de sus posibilidades. Que tenga tan marcado a fuego en su pecho el amor y la bondad, es como si tuviera las tablas de Moisés.

Y el amor de mi vida son mis amigos, esos que son idiotas y me sacan muchísimo de quicio, cada uno por una cosa. Esos mismos que me soportan con buena cara y que no me dicen lo idiota que soy, y que me dicen lo idiota que soy. 

Soy insoportable, una  titiritera de sombras. Lo admito, me aceptas, ¿no? ¿Quién se viene a tomar algo?

<<No se puede vivir cerca de  un titiritero de sombras, de un domador de polillas..>>
 J. Cortázar

miércoles, 16 de julio de 2014

Sí señor, ¡SOMOS LA REVOLUCIÓN!

Eso de "Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión" ¿dónde quedó?
¿Dónde está la aplicación del dicho "la unión hace la fuerza"?
Hasta donde yo sé la mayoría de dichos/refranes/frases hechas populares tienen razón, por eso de que "más sabe el diablo por viejo que por diablo".
¿Dónde estamos todos unidos? ¿Dónde nos hemos reunido todos a luchar, hoz y martillo en mano?
¿Dónde nos hemos concentrado para gritar, patear, berrear y desgañitarnos en pos de nuestra dignidad, de nuestros derechos, de nuestros deberes e incluso de nuestras obligaciones?
¿Dónde?

Vale, vale. Twitter y Facebook no cuentan. No. Que pongamos dos tuits o dos estaitos diciendo "uy que mal los recortes!!" u "otra vez Rajoy!?"  o cosas de ese palo, dando a entender eso de que hablamos de todo sin saber de nada, y que es verdad parecer tonto con la boquita cerrada que confirmarlo abriéndola. No. Hace falta lucha. Lucha de verdad. LUCHA. Creo que armada, pero bueno eso ya... Lo que está claro es que no se conquistó Troya desde el sofá de casa.

Diría: "si Marx levantara la cabeza..." Pero no. Si cualquiera, cualquier presidente, de izquierdas o derechas, cualquier persona con criterio, con carisma, con sensibilidad humana y con el mínimo conocimiento de causa, levantara la cabeza, la volviera o abriese los ojos...  Nos daría dos guantazos bien daos.



<<La sociedad perdona a veces al criminal pero no perdona nunca al soñador.>>
O. Wilde

martes, 15 de julio de 2014

Tú siempre me respondes, quizás, quizás, quizás.

Cuando hablar es tan fácil y actuar tan complicado.
Cuando, en tu cama, en tu casa, lo tienes todo tan claro.
Cuando en tu cabeza está todo perfectamente estructurado.
Cuando ser feliz es un problema.
Cuando "para ser feliz hace falta coraje".
Cuando no llega quien te destroce los esquemas.
Cuando bailas en un purgatorio de sentimientos.
Cuando afrorrumbeas entre la felicidad y la tristeza.
Cuando salseas entre la desilusión y la esperanza.
Cuando no echas kétchup, echas mayonesa.
Cuando ni vas a vips, ni a la castellana, ni a colombia (todo en minúsculas porque ya no son propios)
Cuando todo acaba llevándome a donde no quiero que me lleve.
Cuando todo acaba llevándome a ti.
Cuando yo empezaba hablando de otro, hablando de nada.
Cuando el miedo pesa.
Cuando la risa no se oye tanto como las lágrimas.
Cuando suenas más forzada.
Cuando tirada en un césped cualquiera desescuchándome miro a izquierda y derecha.
Cuando corriendo por El Retiro miro a derecha e izquierda.
Cuando en Hacienda miro a izquierda y derecha.
Cuando en las escaleras del metro, en el asiento del bús o en un bar cualquiera, miro a izquierda y derecha.
Cuando miro a derecha e izquierda y no estás.
Cuando ya no miro a ningún lado
Cuando ya no quiero, siquiera, que estés.
Cuando ya no te busco andando por la calle.
Cuando ya no doy vueltas estúpidas para pasar por Lope de Rueda.
Cuando si estoy en Manuel Becerra no me quedo esperando el 38 a ver si bajas.
Cuando ya no te busco si voy por mi recorrido habitual, por si tú... pensabas... me buscabas... querías verme.
Cuando soy capaz de poner "re", "boludo", "copado" y otras argentinadas rioplatenses en conversaciones que no son contigo.
Cuando soy capaz de cantar a pleno pulmón "Buenos aires" de Rafa Pons.
Cuando no soy capaz de gritar en la ducha "Carita de tonto" ni "Un día de estos" de Marwan.
Cuando a veces notas un atisbo de felicidad, pero, eso sí, ya no sonries sin motivo.
Cuando te das cuenta verdaderamente de que "lo peor del amor es cuando pasa". Porque ya no esperas nada, ya no buscas nada, ya no quieres nada. Ya solo sientes ese vacío, y te da pena que alguien antes lo llenara tan bien, tan como un puzle, tan encajado, tan "el uno para el otro", tan "tal para cual". 

Y ya no. 

Ni hay quien te llena vacíos, ni hay vacío que llenar, ni quieres que haya vacío, ni quieres a nadie que te abra un vacio que sepa llenar.


<<Andá a saber si en el fondo no hay que llorar de amor hasta llenar cuatro o cinco palanganas.>> 
 J. Cortázar

lunes, 14 de julio de 2014

Que uno no siempre se engaña a voluntad

"Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros

para que entre los dos
no haya telón
ni abismo" 
 
Y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. 
 
Y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. 
 
Y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. 
 
 
 


 


domingo, 13 de julio de 2014

Mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia

Rodeos, perífrases, eufemismos, juegos de palabras,
polisíndeton y asíndeton; y asíntotas y parábolas y rectas y gráficos
y estadística y análisis de estados financieros. 
Y derecho sindical, y administrativo. 
Y derecho y torcido, y derecha e izquierda. Y zurdo y diestro.
Y ducho, hábil. Y torpe.
Vuelve, y vuelvete a reir mientras bailamos,
y riégame el jardín, que ya no llueve.
Mañana hay una fiesta y me ha invitado
el ron a hacerme daño
a hablarle a otras mujeres 
del cielo de tus labios
Andrés Suárez, que deprime a cualquiera y ahora está sonanado. 
Identificada con Luis Ramiro. Luis Ramiro al aparato:

Me cuesta demasiado enamorarme,
comparo cada cuerpo con el tuyo,
sus formas de tocar y de mirarme
y en cuanto piden más, entonces huyo.

Estoy pasando el duelo de tu ausencia,
la cruz de los domingos sin pareja,
ser libre arrastra carga y penitencia
que asumo con rigor sin una queja.

De puertas para fuera me disfrazo
y cuento historias, chistes, tonterías,
y si la chica es guapa, pues la abrazo.

Por dentro, ya lo ves, tengo mis días,
y hoy mismo desperté con un balazo:
ayer volví a soñar que me querías.

Cuanto más dura es la pena
más cargado viene el ron...
Vuelveme a querer como lo hiciste ayer, bailaaaaando lento... 
Maldito Andrés y maldito Spotify que me reproduce esta mierda. Porque No te quiero tanto, no te quiero tanto, los días de domingo me pesan como años... ¿Qué hacemos de los dos ahora que ya me quiero un poco? 
ALEJARNOOOOOOOOOOOS. Opción correcta. Eso sí, opción jodida. Al prójimo como a ti mismo. ¿A quién voy a querer si yo no soy lo primero? Marwan, "Propuesta para reducir la ansiedad"  

¿Y si en vez de querernos tanto
probamos a querernos bien?

Cambio de look. Pelo corto. 

Corto y cambio. Jartita ya. Modo aleatorio. 
"La lista de la compra" de La cabra mecánica. Yo que soy tan guapa y tan lista, yo que me merezco un príncipe un dentista, yo me quedo aquí a tu lado y el mundo me parece más amable, más humano, menos raro.
La app esta tiene el día sembrao.

 (...)

Traficante de Karmas, un bebé jubilado cantautor y abogado, un cartero que escribe versos en los remites de cartas ajenas. Rafita Pons sí que mola. 

CCOO
UGT
"Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión." La Gavia autobús vacío. Yo en el coro, sirena encandiladora.
Sirena. Gandía. Zaragoza. Pilares.
Sirena varada. Pablo Moro. Buscandonos las cosquillas que al final nos hizo el sol. (...) Una especie de tristeza enredada con la ropa, desayunando en la cama. Serrano 41. Lost.
Perdida total.
¡MAYDAY!, ¡MAYDAY!
S.O.S. Help, I need somebody, help!


<<Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
conta los monstruos del desaliento.>>
               Marwan

sábado, 12 de julio de 2014

"Lo peor del amor es cuando pasa / cuando al punto final de los finales / no le siguen dos puntos suspensivos..."


Sola, fané, descangayada,
la vi esta madrugada
salir de un cabaret;
flaca, dos cuartas de cogote
y una percha en el escote
bajo la nuez;
chueca, vestida de pebeta,
teñida y coqueteando
su desnudez…
Parecía un gallo desplumao,
mostrando al compadrear
el cuero picoteao…
Yo que sé cuando no aguanto más
al verla, así, rajé,
pa’ no yorar.¡Y pensar que hace diez años,
fue mi locura!
¡Que llegué hasta la traición
por su hermosura!

Que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor;
que chiflao por su belleza
le quité el pan a la vieja,
me hice ruin y pechador…
Que quedé sin un amigo,
que viví de mala fe,
que me tuvo de rodillas,
sin moral, hecho un mendigo,
cuando se fue.Nunca soñé que la vería
en un “requiscat in pace”
tan cruel como el de hoy.
¡Mire, si no es pa’ suicidarse
que por ese cachivache
sea lo que soy!…
Fiera venganza la del tiempo,
que le hace ver deshecho
lo que uno amó…

Este encuentro me ha hecho tanto mal,
que si lo pienso más
termino envenenao.
Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa’ no pensar.

Cuando de nada nos sirve rezar

- ¿Nos estamos moviendo? 
- No
- A ver, Lázaro y Paterna, de pie. ¿Os estáis moviendo?
- No.
- Lázaro y Paterna moveos a la vez. (Mirando al resto de la clase) ¿Se están moviendo?
- Sí.
- Estáis sentados dentro de un autobús en movimiento. ¿Os estáis moviendo?
- ¡Ohhhh! Con respecto a la gente de fuera sí, si nos comparamos con el señor de al lado no.
- BRAVO.

Clase magistral de Sor Mercedes, intentando enseñarnos algo de física, algo sobre el movimiento y la necesidad de comparar dos cuerpos para analizarlos correctamente. Esa necesidad... esa necesidad de comparar cuerpos es intrínseca al ser humano: yo con mi hermana, yo con mi amiga, yo con su novia actual... pero ese es otro tema.

Según dónde estemos, según qué observador seamos y desde qué perspectiva miremos, veremos las cosas de una forma u otra. 
Yo soy muchas cosas y él otras mil. Él no es solo él; él es el capullo que me dejó, el que sonrie en fotos ajenas con la sonrisa bonita que yo le obligaba a poner, con mi-su sonrisa bonita. Obviamente es amigo, hijo, hermano... Él es estudiante, él es el que, por cojones, 100% segura, lo ha pasado mal, fatal, sin mí. Él es el que me quería como nadie nunca.
Y yo no sólo soy la que sigue lloriqueando. Yo soy a la que quiso, yo soy por la que lo ha pasado mal, yo soy por la que no iba al gimnasio a sus horas, soy de la que se acordó para felicitarme. Soy por la que se volvía antes de las fiestas de Almazán, porque era mi cumpleaños y quería estar conmigo.

Para mí, que soy quién importa, soy la pobrecita. Para él seré otra cosa. Él, para mí es el capullo que me dejó al que admiro por haber tenido la valentía de hacerlo aun queriéndome. Él para él no sé qué será.




Dicen que en una relación de pareja siempre hay uno que quiere mucho más. En otras sí lo veo y lo veía, pero en la mía nunca. Ni él me quería más que yo a él ni por supuesto, viceversa.

<<Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.>>
   A. Machado

viernes, 11 de julio de 2014

Entendiendo como mueca de cariño el contorno de tus labios con los míos

Hace un año.
Cumpleaños. Cumple party.
Hace un año Sol. Hace un año Espoz y Mina.
Hace un año correr por El Retiro. 
Morirse de calor.
Morirse de la risa.
Morise entre aspersores.
Morirse empapada.
Morirse del frío.
Morirse de ganas de hacer pis.
Morirse de tanto correr.
Morirse de tanto descansar.
Morirse de la vergüenza, porque sudar no es sexy.
Morirse de la felicidad, porque aun sudada te ve sexy.
Morirse porque estáis sudados y os gustáis.
Morirse de las ganas de besar.
Morirse de miedo por haber tardado dos horas más de lo previsto, y habías quedado con tu madre, y tu madre te da miedo.
Morirse. Cerrar los ojos.
Un "te quiero" en cualquier lugar de Madrid: en una azotea, en un callejón, en un bareto de mala muerte, en una coctelería pija, en el Taj Mahal, en el Bernabéu, en el parque, en la plaza, en Goya, Serrano, Colombia, Ciudad Lineal, en Arturo Soria, Villaverde, Vicálvaro, Vallecas, en Sas Bernardo y Valdebernardo. En mi portal, en el de un amigo, en el de un desconocido. Nunca en el suyo.
Cerrar los ojos. Ponerlos en blanco. Susurrar cursiladas y ñoñerías. Que te susurre cursiladas y ñoñerías.

Un año después. Seis meses después.
Mirar todo y ver más, y querer ver más. Y saber que quedan mil cosas por contemplar. Y saber que todo, absolutamente todo, está bien como está. 
Echar de menos cosas, aspersores,  felicidades, carreras, susurros, y lugares; echar de menos al besado. Pero estar feliz no siendo besadora. 
Pero estar feliz de corretear sola, de respirar sola, de llenarme los pulmones, de soltar una carcajada todo el aire y después respirar.

Y ahora puedo decir, sí, con lágrimas en los ojos, que soy feliz. Porque la felicidad no es no llorar, sonreir, reirse, tenerlo todo o no echar de menos. Creo que la felicidad es, más bien, ser capaz de saborear cada sentimiento, disfrutarlo, y estar tranquila porque todo acaba pasando. Y menos mal que el tiempo pasa y se nota que pasa. Porque medio año en una vida de 20 es bastante. Y medio año en una vida conjunta de dos, es un montón. Así que este medio año se nota.



<< Hay gente estupenda con la que nos encontramos en el momento equivocado de nuestra vida.
Y hay gente estupenda porque nos la encontramos en el momento oportuno de nuestra vida.>>
D. Foenkinos

jueves, 10 de julio de 2014

Feliz cumpleaños, a ti.

No me gustan las cosas sensiblonas, me estresa. Me pone nerviosa que todo tenga que decirse tanto, tan directamente. Soy más de demostrar las cosas. Sin cursilerías, sin muchos besos y/o abrazos, sin mucho sentimentalismo de este que se lleva ahora. Eso de decir te quiero a cualquiera, de despedirse y saludarse con dos besos... soy como un tío: a mí con un puñetazo amistoso en el hombro me vale. 

Las cosas se saben. La gente que la quiero. La gente a la que quiero sabe que la quiero y no tengo que andar detras de ella poniendo tuits, SMS's, candados en puentes ni graffitis a 3MSC. Quien me conoce sabe mi penosa forma de demostrar mi cariño. Pero que no lo demuestre no significa que no esté.



Y a ti tampoco, así que, muchísimas felicidades. Larga vida a ti! Y larga vida juntas.



P.D.: hoy es 10, no 11.

Pequeña sonrisa de Amelie, me tienes ganado.

Pon una vez me dijo que le habían dicho que era una "chica Amelie". Me gustó mucho que se lo dijeran. Rojo y verde. Pasión en el trabajo, en los amigos, en el amor, en la vida. Esperanza que transmite, esperanza que regala, esperanza que transforma e insufla sosegando, siendo clara, diciendo lo que es, sin andarse con perífrases ni eufemismos "María, te da igual", "María si tiene que ser, será", "María no te voy a dejar mi Twitter para que le cotillees". 

A no ser que esté de verdad de mal humor, molesta, triste... Sentimientos a los que le pone la misma pasión que le pone al resto de la vida, por suerte y por desgracia. Los saborea todos, desde lo más agrio, desde el yogur sin azucar natural, el limón, hasta lo más delicioso del mundo, hasta el chocolate, los helados, el salmón con queso brie, o las gambas a la plancha.

Cuando está triste no es como yo. Se le nota en la cara. En las lágrimas, en su forma de vivir y de mirar el mundo. Cuando está triste de verdad, a veces intenta ser como yo. Intenta hacer como si todo estuviera bien, intenta hablar, comer y reirse cuando está con gente, como soy capaz yo, llorando por dentro. Fingiendo, mintiendo al mundo y a una misma, para no pensar, para que no tener que responder. Ser una falsa, una mentirosa. Pero ella es mucho mejor que todo eso. Ella no puede, no es capaz. Ella es humilde, no es soberbia. Es más limpia. Intenta pero no puede. Y cuando está mal cualquiera que esté a su alrededor lo siente, lo nota y se le contagia esa tristeza. 


Es una chica Amelie, es una chica genial.

Y aunque no te guste, toma, pa ti. 




<<Sin ti las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las de ayer.>> 
 Le fabuleux destin d'Amélie Poulain

martes, 8 de julio de 2014

"Vivir es obstinarse en cumplir un recuerdo" - René Char

Qué puñeteros son los recuerdos. Sí, sí, he dicho una palabra fea. Pero, es que, ¡jolines!

Todo el mundo cambia(mos), eso siempre lo he tenido claro. Cambiamos nuestras actitudes, nuestra forma de darnos a conocer y la cantidad de nosotros que mostramos. Quizá nos empezamos a mostrar tal cual somos, o eso es lo que deberíamos hacer porque la madurez que se va adquieriendo debería influir sobre ello: en dejarnos de tonterías, de querer hacernos los guayses y hacernos los nosotros mismos.
Lo que da pena es ver cómo la gente a la que tú conocías ya no existe. Cómo tu mejor amiga es tu amiga porque os unen años, recuerdos, historias, gente en común y cariño mucho cariño. 

Pero ya ni yo soy yo, ni ella es ella, ni nada es nada; ni hay colegio, ni hay uniforme, ni hay tonteo con chicos en común para ligarmelo yo porque antes era yo más guapa y ella no era tan guarri, ni nada de nada.

Cómo algunas de las cosas que dijimos que nunca haríamos las acabamos haciendo. Y cómo otras cosas no han cambiado nada. Igual de acomplejada, igual de tonta, igual de presumida, igual de introvertida solo que esforzándote más, igual de payasa...

Cómo en determinados aspectos se consigue esa madurez para mostrarnos tal y como somos, tal y como nos reimos, tal y como hablamos. Las tonterías que soltamos por la boca, una tras otra, una tras otra... sin ir pedo, sin ir borracho, sin ir ebrio, sin ir mal.

Y descubrir quiénes son los importantes, con quién se está a gusto, tranquilo, en paz. Con quién no te hace falta meter tripota ni saber jugar a las palas ni a las cartas bien, porque lo importante es lo que te ries y el rato que pasas y no el hacerlo bien.

Que hoy es el presente y según la RAE un presente es un regalo.



<< Cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.>>
                    Jorge Manrique