miércoles, 30 de julio de 2014

Dime a quién vas a besar hasta que lo entienda

"Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". 
Y yo no aprendo.
Ni tú lo entiendes.
Si, es que, nunca nos comprendimos.
"Y cada vez más tú, y cada vez más yo sin rastro de nosotros."
Después de 6 meses, de vez en cuando tengo, todavía una cosica en el estómago. Y otra en los ojos, como que me sudan, porque sudan, no lloran, ya lo sabes.
Es estúpido que, de vez en cuando, te busque cuando ando (que no camino) de noche.
Es completamente idiota que ayer al subir a la azotea te buscara con la mirada.
Y, claro, cómo no sentirme Pablito Neruda, cómo no engrandecerme si yo, una nada en Madrid, siento lo mismo que ha sentido un tío tan genial en Chile. "Como para acercarla mi mirada la busca / mi corazón la busca, y ella no está conmigo."
Está tan acertado en el Poema 20, que me da hasta miedo. Hasta me cabrea. Hasta me enfuerece que alguien haya sentido lo mismo que yo tanto tiempo atrás y lo haya sabido expresar tan bien. Hasta me pone nerviosa, ¿no serías de verdad tú Pabli?
¿Sentirás tú también? ¿Pensarás en mí de vez en cuando? Obvio si, ¿no?
"Tú que tanto has besado, tú que me has enseñado".
Yo he aprendido. He pensado. Tengo una mentalidad más madura, más cínica y más escéptica ante el amor. No existe, son los padres. 
No existe amor eterno, no, al menos, si es correspondido. Existe el amor idealizado como existen las mentiras. No existe, en cambio un amor de ese que nos prometíamos. Y yo, para vivir entre apariencias, entre promesas incumplibles, entre ojos desilusionados, labios ya no ansiosos de besos y manos no necesitadas de encontrarse y entrelazarse, prefiero vivir sin amor. 
Al menos en la certeza de que todo lo que me rodee es cierto, de que nadie está a mi lado por ningún tipo de compromiso, ningún contrato impreso en papel, firmado y sellado, oculto en un bolsillo, ya vacío, de ninguna cartera, ya desconocida, ya robada.
Con la certeza de que si alguien está a mi lado es por mí, no por el cariño, no por los recuerdos vividos, sino por la ilusión de vivir más juntos, porque es lo que quiere hacer. 
Con la certeza de que si alguien está a mi lado es por la combinación explosiva que hacemos, porque yo soy como.. qué se yo, ¡como el papel albal! Que sirvo para conservar bien el chocolate, pero junto a el agua fuerte, por ejemplo, exploto.
Con la certeza de que quién está conmigo no lo está por el pasado, ni por egoísmo, ni por costumbre, ni por miedo a la soledad, sino por ganas de mi, en cualquiera de mis estúpidas y quizá pobres e insoportables formas.

Va, venga, ahora en serio, no será el último dolor que me causes, supongo, pero:


<<estos sean los últimos versos que yo le escribo.>> Pablo Neruda

No hay comentarios:

Publicar un comentario