jueves, 17 de julio de 2014

Preocupada por si llama el amor y yo le pongo una excusa

Estaba casi acabando una entrada. En plan Diario de Noah, de Bridgett Jones, o tonterías de esas. 
Estaba casi acabando un post, siempre escribo sin pensar, lo que me va saliendo, en el que hablaba de, supongo (que esta canción no suena a primavera, que más que componerla descompongoo pedazos de verdad - Rafa Pons) del hombre de mi vida jejeje.

Pero NO. Ea, no.

Gracias a Frozen, única película reciente de Disney que he visto (influida por mis amigas), he de confesar que he aprendido o me he dado cuenta de que el amor de mi vida no es un hombre, no es un tío con el que irme a tomar un chupito mierdero a un bareto de inauguración de sol hace un año, ni es un tío al que decirle "aaay me he peleado con mi hermana", ni es un tío con el que ir de la mano por la calle pararme en un semáforo y darle un beso, porque sí, sin motivo, solo porque me sale. Y sí, aunque con ese tío (obviamente sólo estaba pensando en uno) hacía todo eso, aunque con él me salía ser cariñosa, porque sí, sin esforzarme, aunque él era mi ideal, él no es el amor de mi vida.

El amor de mi vida soy yo. 

Y el amor de mi vida es mi madre que ¡joder! qué pesada se pone cuando me ve lloriqueando, o vagueando, o haciendo lo que no debería hacer y dios es que me saca de quicio.

Y el amor de mi vida es mi papá, que es el mejor de todos los papases del mundo, la verdad. Porque me pregunta y me estresa que me pregunte y me enfado cuando me pregunta y le respondo mal, y él se disculpa, sin tener que disculparse, y me da un beso, sin tener que darme un beso porque a mí no me saldría darle un beso a alguien que se ha enfadado conmigo sin un puto motivo.

Y el amor de mi vida es mi hermana. Jolin. Ella. Ella es perfecta. Perfecta. Siempre me he querido parecer a ella. Que yo quería el pelo rizado no porque me guste más el pelo rizado sino porque mi hermana tiene el pelo rizado. Es mi ejemplo de vida y de todo. Madre mía a veces me estresa tantísimo... de lo perfecta que es, de lo bien que lo hace todo, de lo obediente, de lo aplicada, estudiosa, inteligente, lista, elocuente y divertida. A veces me enfada que sea tan perfecta porque me pone en mi realidad y me hace ver que yo, tan borde, orgullosa, soberbia, nunca podría ser igual que ella. Que le respondo mal y se enfada y se le pasa. Y le mando un guasap a una hora extraña y me lo contesta, y se viene antes de la Paz y se ríe de mí porque lloro porque está gordo y/o se va a Japón. Porque yo de mayor quiero ser como ella.

Y el amor de mi vida es mi hermano. Mi hermanito que me saca casi una cabeza al que yo acunaba. Mi hermano con el que yo jugaba cuando mi hermana era demasiado mayor o cuando quería mandar. Mi hermanito pequeñito que me enseña cada día que siempre hay alguien mejor y peor que una misma. Porque yo pensaba que yo respondía mal a mis padres, pero lo suyo es increíble algunas veces. Y porque no conozco tío más callado. Pero tampoco conozco más buen niño, que nos quiera más, que nos defienda por encima de sus posibilidades. Que tenga tan marcado a fuego en su pecho el amor y la bondad, es como si tuviera las tablas de Moisés.

Y el amor de mi vida son mis amigos, esos que son idiotas y me sacan muchísimo de quicio, cada uno por una cosa. Esos mismos que me soportan con buena cara y que no me dicen lo idiota que soy, y que me dicen lo idiota que soy. 

Soy insoportable, una  titiritera de sombras. Lo admito, me aceptas, ¿no? ¿Quién se viene a tomar algo?

<<No se puede vivir cerca de  un titiritero de sombras, de un domador de polillas..>>
 J. Cortázar

No hay comentarios:

Publicar un comentario